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domingo, 5 de febrero de 2012

APOYO INTEGRAL A LA FAMILIA EN EL CENTRO DE SOLIDARIDAD

La Asociación Centro de Solidaridad, inició su actividad en 1989 y desde 1997 está inscrita en el Registro de Asociaciones de la Comunidad de Madrid, como “Servicio de Convivencia Familiar y Social”, y recientemente ha sido reconocida por el Ministerio del Interior como Asociación de Utilidad Pública a nivel nacional, lo que lleva implícito que las cuotas y donativos al Centro tengan beneficios fiscales. El fin de la Asociación es favorecer el desarrollo y la dignidad de la persona mediante la integración de hombres y mujeres en el mundo laboral y social, teniendo presente que “el objeto del trabajo es el hombre y no el trabajo en sí.” A lo largo del año 2011 han pasado por el Centro pidiendo ayuda 467 personas, a las que se ha apoyado y acompañado tratando de que ellos mismos puedan resolver su situación. Muestra de ello es la siguiente historia.


 
Gladys vino al Centro a buscar trabajo a mediados de 2008, enviada de su parroquia en Alcorcón. Es colombiana, licenciada en biológicas y magisterio y maestra nacional en su país durante veinte años. Su marido estaba en España desde 2004, trabajando muy bien en una empresa de transportes. Ella decidió venir con su hija de dieciséis años y su hijo de catorce cuando vio que su hijo necesitaba cada vez más a su padre.

Pero cuando llegaron la crisis había dejado a su marido sin trabajo, y las cosas no eran como ella y sus hijos pensaban. Juan, el hijo, se rebotó contra su padre y ni le hablaba ni le miraba a la cara; se negó a ir al colegio y se encerraba en su cuarto sin salir.

No podíamos ofrecer a Gladys trabajo en su profesión, por no tener su titulación homologada ni permiso de trabajo, por lo que le ofrecimos entrar en un Curso de Auxiliar de Geriatría que habíamos organizado con nuestros propios recursos y con profesorado voluntario para las personas que no tenían acceso a los cursos financiados por la Administración, que requieren permiso de trabajo. Al terminar el curso y obtener su permiso de trabajo le conseguimos una colocación en una residencia de ancianos.

A su marido le colocamos de conductor de un camión, pero se volvió a quedar en paro. Como no teníamos ninguna oferta que le fuera y era un hombre grande y fuerte, le aconsejamos ir a Mercamadrid a lo que le saliera, descargando camiones o haciendo otras tareas. Le dimos los horarios de autobuses para estar allí a las cuatro de la mañana, más un bonobús y un chaquetón caliente; era febrero.

Pero seguía el doloroso problema con su hijo. Organizó el Centro con un proyecto una Escuela de Padres, y a él acudieron Gladys con su marido. Merche, la profesora de la Escuela de Padres, les puso en contacto con una asistenta social de su barrio para ver cómo se podía ayudar a Juan. La hija, Silvia, iba bien de estudios pero con muy bajo nivel de inglés. Le conseguimos un método audiovisual de inglés para refuerzo en casa.

Gladys padecía y padece el problema tan extendido de los contratos de tres meses que te renuevan o no. De vez en cuando nos llamaba para saludarnos muy cariñosa o para decirnos que no se lo habían renovado, pero como es una buena profesional de una forma u otra conseguía trabajo.

A finales de noviembre de 2011 llamó para decir que se le había terminado el contrato, y quedamos en buscarle alguna oferta. Pero cuando la llamamos nos encontramos con que su teléfono fijo estaba cancelado y también el móvil. Preocupados, porque lo último que le puede pasar a alguien que busca empleo es quedarse sin teléfono, decidimos ir directamente a su casa en Alcorcón para ver qué pasaba.

Providencialmente nos encontramos a su marido en el portal, con muy buen aspecto. Nos dijo que habían cancelado el teléfono fijo para ahorrarse ese dinero y dedicarlo a una academia de apoyo para sus hijos, y también el móvil porque a Gladys le habían dado otro teléfono en su empresa. Nos contó que sigue trabajando en Mercamadrid, ahora como hombre de confianza de un asentador de fruta, un buen trabajo. A Gladys le han renovado el contrato en la Residencia. Silvia terminó la ESO con muy buenas notas, y está haciendo formación profesional de administrativo. Pero la mayor satisfacción es saber que Juan estuvo yendo a terapia de apoyo psicológico, que ha cambiado totalmente de actitud, está haciendo un módulo de electricista y padre e hijo se han comprado unas bicicletas y se van a dar grandes paseos juntos.

Para saber más aquí